lunes, 1 de agosto de 2011

La niña de mis ojos

He compartido tantos momentos preciosos de mi vida contigo, que estoy convencida de que  nunca llegaré a conocer la forma de agradecerte todo lo que has hecho por mi. Aunque supongo que esas no son de las cosas que son necesarias de agradecer, esas cosas simplemente no se olvidan, quedan siempre en el recuerdo, como en mi mente siempre quedará todo lo vivido a tu lado. Juntas desde los seis años, viviendo día a día como unas ocho horas juntas, es una historia bonita, bonita y larga, duradera, no quiero que se acabe nunca, y espero que el tiempo nunca llegue a separarnos, porque no me imagino sin ti. Hace tiempo llegué al punto en el que me percaté de que siempre íbamos a estar juntas, aunque ahora ya no lo estoy tanto, es ahora cuando me viene el miedo, y empiezo a asustarme. Temo que por el paso del tiempo dejemos de hablar, o simplemente hablemos poco. Es algo que no puedo evitar, sentir eso no me hace gracia, como tampoco la idea de perderte, pero creo que si lo siento es por algo, porque te quiero mucho, porque en esta vida has sido tú, esa chica con un carácter tremendo y positivo, aunque a veces difícil de aguantar, esa chica, la que me ha enseñado a ganar, pero que también a perder, esa que ha estado ahí siempre, o que si se iba, pero siempre volvía, porque como todo en esta vida, no siempre es perfecto, una relación no siempre esta en su mejor momento, y como todos, hemos tenido nuestros momentos, pero hemos aprendido y podido superarlos todos. No siempre me levanto y me paro a pensar en lo afortunada que soy de haberte conocido, es cierto, pero cuando lo hago, estoy segura de que no me podría haber pasado nunca nada mejor, porque siempre había querido tener una hermana, y tú eres lo más parecido a ello que puedo tener.

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